jueves, 19 de enero de 2023

EFECTOS NOCIVOS DEL ESTIGMA Y FORMAS DE ENFRENTARLO



Entre algunos de los efectos nocivos del estigma he de mencionar que tenemos menos oportunidades laborales que otras personas, de hecho, desde que me diagnosticaron mi enfermedad mental en el 2010 no he trabajado hasta septiembre de 2022 y conozco amigos que están buscando trabajo y no lo encuentran. Primero me he tenido que recuperar de mi enfermedad; después tuve dificultades para encontrar una vivienda en propiedad, puesto que me costó que me dieran el préstamo, ya que un banco me lo negó rotundamente porque al ser discapacitada tenía una pensión muy pequeña. He participado en actividades escolares tras realizar un curso de administrativo de Labora para discapacitados, pero  de señalar que aquellos cursos que no son para personas con discapacidad poseen muy pocas plazas para nosotros, al igual que si quieres estudiar una oposición.

Estas son algunas formas de enfrentar el estigma:

Obtén tratamiento. Yo al principio no era consciente de mi enfermedad y era reacia a admitir que necesitaba un tratamiento. El miedo a ser etiquetado con una enfermedad mental me impedía buscar ayuda. Fueron mis padres los que decidieron ingresarme en el hospital.

No dejes que el estigma te haga dudar de ti mismo y te cause vergüenza. El estigma no proviene solo de los demás. Yo creía erróneamente que mi afección era un signo de debilidad personal o que debería poder controlarla sin ayuda. El buscar asesoramiento, informarme sobre mi afección y conectarme con otras personas que padecían una enfermedad mental a través de la asociación de ASFEME me ayudó a ganar autoestima y superar el juicio destructivo sobre mí misma.

No te aísles. Como tengo una enfermedad mental, al principio no quería decírselo a nadie. Incluso mis familiares más allegados no saben realmente sobre la enfermedad que tengo. Hasta hace poco que publiqué en Facebook un par de entrevistas que me hicieron en radio y televisión donde explico mi enfermedad mental. En estos momentos estoy preparada para contar todo lo que ocurrió. Opino que mi familia y amigos, personas en las que confío, pueden ofrecerme el apoyo y la comprensión que necesito en este momento de mi vida.  

No te identifiques con tu enfermedad. No eres una enfermedad. Yo solía llamarme “esquizofrénica” en lugar de decir “tengo esquizofrenia”

Únete a un grupo de apoyo. En la asociación de ASFEME encontré la ayuda que necesitaba, pues me ayudaron a reducir el estigma educándome a mí, mi familia y el público en general a través de programas locales y recursos de Internet.

Busca ayuda en la escuela. Por fortuna, a mí no me afectó en el aprendizaje la enfermedad mental, pero si un maestro no sabe sobre la discapacidad de un estudiante, ello puede provocar discriminación, barreras de aprendizaje y malas calificaciones. En cambio, cuando llegué a la universidad, mi enfermedad comenzaba a brotar. Por ello me costó mucho terminar la carrera y cuando fui a hacer las oposiciones las tuve que dejar porque no estaba capacitada para ello.

Habla sin reparos contra el estigma. En la actualidad y a través de mi trabajo como experta en salud mental, expreso mis opiniones en medios de comunicación, Internet, charlas en colegios e institutos… Ello ayuda a infundir valor en otras personas que enfrentan desafíos similares y educa al público sobre las enfermedades mentales.

Los juicios de los demás casi siempre provienen de una falta de comprensión más que de información basada en hechos. El haber aprendido a aceptar mi afección y reconocer lo que debo hacer para tratarla, buscar apoyo y ayudar a educar a otros puede marcar una gran diferencia.

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