martes, 28 de febrero de 2023

ENTREVISTA EN CABLEWORD

 




    BUENAS QUERIDOS BLOGUEROS. AQUÍ PODEIS ENCONTRAR LA ENTREVISTA QUE REALIZÓ CABLEWORD A LOS USUARIOS Y USUARIAS DE ASFEME, ASÍ COMO A LA DIRECTORA NOELIA ARZAR , LA PRESIDENTA Mª JOSÉ GISBERT Y YO MISMA, EXPERTA EN SALUD MENTAL, ANA ANGUITA.

jueves, 23 de febrero de 2023

CONSUMO DE TÓXICOS Y SALUD MENTAL




            Buenas de nuevo, queridos blogueros. Hoy quiero hablaros de cómo influyen el consumo de tóxicos en la salud mental. En algunas ocasiones, los problemas de salud mental pueden conducir al consumo de drogas como una forma de automedicación desesperada. Mientras que, en otros casos, es la relación entre drogas y salud mental la que hace que las personas adictas puedan terminar sufriendo todo tipo de trastornos mentales.

            Quiero contaros que yo tomaba “porros” de vez en cuando (no llegué a ser adicta) y como consecuencia de ello, me ocasionaban mucha risa. Sólo llegué a tomar alguna calada y solían ser de marihuana. Dicho consumo pudo llevarme a la depresión que yo sufrí en un primer momento y más tarde al trastorno bipolar, esquizofrenia y psicosis psicógena en la actualidad. Ello es porque se ha estudiado que quienes consumen marihuana tienen más predisposición y mayor riesgo de sufrir patologías como la esquizofrenia y otras psicosis.

En general, el consumo continuado de drogas puede conducir a la aparición de síntomas asociados a la ansiedad, como la que yo he sufrido.

            Teniendo en cuenta que el alcohol es considerado también una droga, decir que yo lo tomaba los fines de semana cuando salía con los amigos. Solía tomar wiski con coca cola. Quiero comentar que las mezclas no son buenas. De hecho, recuerdo que una vez mezclé el wiski con ron y me sentó fatal. Incluso vomité y todo.

            El alcoholismo agudo provoca problemas de comportamiento y cambios mentales. Cuando yo bebía el alcohol me producía dificultad para hablar, problemas de atención o de memoria y falta de coordinación. También solía tener períodos de lagunas mentales, en el sentido de no recordar lo que había hecho exactamente, pero nunca llegué al “coma etílico”. Aunque haya tenido esos períodos en los que no recordaba los hechos exactamente, considero que no he llegado a ser alcohólica, en el sentido de ser dependiente de esa sustancia al tomarla tan solo de vez en cuando y no a menudo.

 El consumo me ha afectado en mi salud mental, puesto que yo estaba tomando medicación y tomaba tanto alcohol como drogas con un uso recreativo. Yo disfrutaba tomando estas sustancias, puesto que me ayudaba a desinhibirme en las reuniones sociales al ser una persona bastante tímida en mi época juvenil. Además, había que seguir la moda, puesto que lo que se llevaba entre la juventud era eso. Pero ese estado de ánimo positivo en un principio me provocaba en ocasiones emociones desagradables y hacía que me encontrara triste o deprimida.

Concluyendo, quiero decir que el consumo de tóxicos no solo me perjudicaba a mí, sino que interferían en la relación con mi entorno, mi familia, mi trabajo, etc. En la actualidad no consumo estas sustancias, por lo que mi salud a mejorado, aunque convivo con mi enfermedad.

 

 

 

viernes, 17 de febrero de 2023

OBSESIONES Y MANIAS



 

 Hoy voy a tratar un tema peculiar con el que todo el mundo nos sentimos identificados: las obsesiones y manías.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que no es lo mismo el concepto de manía que alude a pequeños comportamientos que mantenemos las personas a modo de ritual o por razones supersticiosas: en mi caso, el número cinco, al ser mi favorito, muchas veces cuento hasta ese número cuando voy a salir de casa y me santiguo; otra manía es mirar las cosas que me he echado en el bolso antes de salir por si se me olvida algo.

Es decir, son una especie de rituales que las personas tenemos, maneras particulares de hacer las cosas, que implican que siempre las hagamos de la misma forma.

Las obsesiones son menos frecuentes que las manías, si tenemos en cuenta que casi todas las personas tienen alguna(s) manía(s).

         Consisten en pensamientos a los que les damos vueltas de forma compulsiva. A mí me venían ideas a la cabeza y no podía evitar pensar en ello. Aparecían en mi mente de forma permanente y fija y me sentía dominada por ellas. Para mí eran muy difíciles de controlar o frenar.

Cabe mencionar que las obsesiones también pueden aparecer fuera de un Trastorno Obsesivo Compulsivo, en personas “sanas” (sin patología mental), aunque las características de estas pueden variar ligeramente. Así, una obsesión también podría ser una persona (yo me obsesioné con un chico, me enamoré de él, pero no era correspondida), o una idea en relación con esa persona, por ejemplo. En ese sentido, este chico se llama Jesús Romero y entonces como esa planta es verde yo me obsesioné con ese color y con la planta, además de con la palabra en sí, cada vez que oía pronunciar su nombre me ponía mal e incluso oía voces que me repetían su nombre infinitas veces.

Si alguien pronunciaba la palabra “romero” o veía esa planta, ello me recordaba a ese chico. Cómo se llama Jesús, yo repetía muchas veces “señor ayúdame” y hasta que no se me quitaba la fijación con esta persona no se me iba la obsesión, puesto que ésta me generaba un estado de ansiedad.

Considero que yo vivía la obsesión de forma mucho más intensa que la manía y me condicionaba aspectos importantes del día a día. Ello es porque cuando tenía la obsesión no podía pensar nada más que en ella hasta que no desaparecía. Por ello, en mi caso la obsesión era más grave porque generaba, a parte de un malestar, una ansiedad importante en mí.

Además, mi obsesión era de carácter permanente por lo que tenía la necesidad de aplicar una compulsión (acción que reduce la ansiedad originada por la obsesión). En mi caso esa acción consistía simplemente en pensar en otra cosa. La distracción jugaba un papel esencial. Por su parte, la manía solía aparecer y desaparecer en mí “sin más”.

En cambio, las manías, aunque pueden generar cierto desasosiego o sensación de malestar si no se realizan, no suelen causar tanta ansiedad en mí. La mayoría de las manías aparecen en la población general, por lo que conozco a amigos, familiares e incluso yo misma, con ciertas manías.

Las obsesiones, en cambio, aunque también pueden aparecer en población clínica o general, es más frecuente que aparezcan en población clínica (como por ejemplo una esquizofrenia, como es mi caso).

Yo conseguí vencer mi obsesión cuando estuve decidida a vencer el problema y la acepté. Al liberar mi mente estableciendo distancia física de la persona que se había convertido en mi obsesión, logré olvidarme de ella e ignorarla. También me ayudó la psicóloga, pues mi obsesión era tan profunda que era imposible que desapareciese por mí misma.

En la actualidad vivo sin obsesiones, pero las manías son un hábito en mi vida. Y ahora os pregunto ¿Quién no tiene alguna manía queridos blogueros?