Buenas mis queridos blogueros, hoy voy a hablaros de los trastornos del sueño que no son una patología grave en sí misma, pero tienen serias implicaciones en la vida diaria.
Antes yo padecía de insomnio y tenía que tomarme una pastilla para poder dormir. Con ella me quedaba durmiendo muy pronto, pues me producía tanto sueño que mis padres me tenían que despertar para irme a la cama. Por su parte, por el día esta medicación me producía somnolencia, por lo que tenía agotamiento físico, bajo rendimiento y dificultas para cumplir con las obligaciones profesionales, familiares o sociales…
Más adelante fueron quitándome las pastillas para dormir. Al principio me costaba mucho conciliar el sueño, pero poco a poco me fui acostumbrando a dormir sin pastillas.
Cuando tengo ansiedad me cuesta dormir. Hasta que no se me pasa no puedo descansar. También me sucede que cuando me ronda algún problema en la cabeza no puedo descansar tranquila. Entonces suelo tomar una pastilla para dormir e incluso una tila.
En la actualidad a veces hablo sola en sueños y mi chico luego me cuenta lo que digo. Ello me suele pasar porque me acuesto pensando en algún problema o dilema que me ha sucedido y luego lo exteriorizo hablando.
Otros trastornos del sueño que padezco son de ronquidos y pesadillas.
Los ronquidos son el sonido ronco o fuerte que se produce cuando el aire pasa por los tejidos relajados de la garganta y hace que estos vibren mientras respiras. Casi todas las personas roncan de vez en cuando, como es mi caso, pero para algunas personas esto puede ser un problema crónico. Antes no roncaba y para mi pareja resulta una molestia cuando ronco en ocasiones.
Hace tiempo que no ronco, el motivo puede ser mi cambio en el estilo de vida, hecho que ayuda a dejar de roncar, pues en la actualidad he decidido bajar de peso. Para ello además de seguir una dieta saludable, salgo a andar regularmente.
Las pesadillas son un estado de ansiedad y agitación que aparece en el momento de soñar, muchas veces asociado a imágenes y sensaciones que causan miedo, tristeza o cualquier otra emoción negativa, de un modo tan intenso que se genera la interrupción del sueño.
Así pues, se considera que un mal sueño no llega a ser una pesadilla si no hace que nos despertemos o que lleguemos a un estado de consciencia entre el sueño y la vigilia. Por fortuna, mis pesadillas no suelen ser muy frecuentes.
Una vez no recuerdo exactamente la pesadilla que tuve, pero me tenía que bajar con los pies al borde de la cama y desperté en el borde de ella y casi me caigo al suelo…Es curioso que al despertar todavía estaba inmersa en mi propio sueño y hasta que no me levanté y reaccioné al cabo de un rato, no fui consciente de que todo era imaginación mía.
Las estrategias que empleo para afrontar los trastornos del sueño y reducir el estrés y que, además os aconsejo, son las siguientes:
- Me he establecido un horario para dormir. Por lo que me acuesto y levanto a la misma hora todos los días y me aseguro de dormir mínimo 8 horas.
- Suelo tomar una cena liguera y evito bebidas energizantes por la noche.
- Desconecto y evito exponerme a la pantalla del móvil o la televisión.
- Si me acuesto a echar la siesta un rato, suele ser como mucho de 30 minutos para que no interfiera en mi sueño nocturno.
El sueño influye inevitablemente en mi salud mental. Los descansos reparadores le permiten a mi cuerpo y al cerebro recuperarse del estrés del día. Por eso, cuando duermo lo suficiente y de la mejor manera, puedo desempeñarme mejor, concentrarte más y estar más alerta.
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