miércoles, 25 de enero de 2023

ASFEME: DESDE MIS COMIENZOS HASTA LA ACTUALIDAD

 



Queridos blogueros, en esta ocasión voy a hablaros de cómo comencé en la asociación de ASFEME y de cómo ha sido mi vida hasta ahora. Deciros que se trata de una asociación de familiares y personas con enfermedad mental grave de la provincia de Alicante.

 Mi nombre es Ana Anguita. Hace trece años que pertenezco a la asociación de ASFEME (2010-2023), trece años que convivo con mi enfermedad, en los que primero he sido usuaria y ahora trabajadora.

ASFEME me ha ayudado mucho a mejorar mi salud. Al principio fueron a mi casa la trabajadora social y la psicóloga. Más tarde iban las terapeutas prácticamente todas las semanas, aunque lo recuerdo vagamente…ellas me ayudaron con la higiene diaria y me iban quitando el miedo a salir a la calle. Para ello hacía salidas sola a sitios cercanos, primero por las mañanas y luego por las tardes (a las que tenía un pavor tremendo). He de destacar que la enfermedad mental cuando nos afecta nos resta funciones básicas como querer vestirnos, salir a la calle…

Gracias a los talleres que se imparten desde ASFEME, conocí a gente con mi misma discapacidad, por lo que pude ampliar mi círculo social. También desarrollé distintas habilidades. Con el de cocina aprendí a hacer algunas comidas desconocidas para mí, como el pollo con puerros o el pollo al curry, que por cierto ahora me salen de maravilla. También íbamos a comprar al supermercado la comida y tenía fobia a la calle, por lo que cada vez que iba a comprar me daba la ansiedad: con actividad física aprendí a quitarme el miedo a salir a la calle, pues tenía fobia a los espacios abiertos y también conseguí ducharme yo solita; el taller de yoga era muy beneficioso para mí pues me ayudaba a controlar mi ansiedad; rehabilitación cognitiva me ayudaba a ejercitar la memoria; y con hábitos saludables mejoré mi alimentación.

Posteriormente, la trabajadora social de ASFEME me recomendó que me apuntara a cursos de informática que me interesaban y uno de ellos fue en la escuela de adultos. Por ello, poco a poco fui dejando de ir a los talleres de ASFEME tan asiduamente. Después de hacer el curso, me apunté a LABORA e hice el curso para personas con discapacidad de “operaciones auxiliares de servicios administrativos y generales” haciendo prácticas en ASPANIAS. A raíz de ahí al poco tiempo me llamaron para trabajar en ASFEME.

            Han sido trece años conviviendo con mi enfermedad, un recorrido largo, pero no excesivamente duro, porque gracias a que he tenido el apoyo de mi familia y de ASFEME lo he llevado mejor.

jueves, 19 de enero de 2023

EFECTOS NOCIVOS DEL ESTIGMA Y FORMAS DE ENFRENTARLO



Entre algunos de los efectos nocivos del estigma he de mencionar que tenemos menos oportunidades laborales que otras personas, de hecho, desde que me diagnosticaron mi enfermedad mental en el 2010 no he trabajado hasta septiembre de 2022 y conozco amigos que están buscando trabajo y no lo encuentran. Primero me he tenido que recuperar de mi enfermedad; después tuve dificultades para encontrar una vivienda en propiedad, puesto que me costó que me dieran el préstamo, ya que un banco me lo negó rotundamente porque al ser discapacitada tenía una pensión muy pequeña. He participado en actividades escolares tras realizar un curso de administrativo de Labora para discapacitados, pero  de señalar que aquellos cursos que no son para personas con discapacidad poseen muy pocas plazas para nosotros, al igual que si quieres estudiar una oposición.

Estas son algunas formas de enfrentar el estigma:

Obtén tratamiento. Yo al principio no era consciente de mi enfermedad y era reacia a admitir que necesitaba un tratamiento. El miedo a ser etiquetado con una enfermedad mental me impedía buscar ayuda. Fueron mis padres los que decidieron ingresarme en el hospital.

No dejes que el estigma te haga dudar de ti mismo y te cause vergüenza. El estigma no proviene solo de los demás. Yo creía erróneamente que mi afección era un signo de debilidad personal o que debería poder controlarla sin ayuda. El buscar asesoramiento, informarme sobre mi afección y conectarme con otras personas que padecían una enfermedad mental a través de la asociación de ASFEME me ayudó a ganar autoestima y superar el juicio destructivo sobre mí misma.

No te aísles. Como tengo una enfermedad mental, al principio no quería decírselo a nadie. Incluso mis familiares más allegados no saben realmente sobre la enfermedad que tengo. Hasta hace poco que publiqué en Facebook un par de entrevistas que me hicieron en radio y televisión donde explico mi enfermedad mental. En estos momentos estoy preparada para contar todo lo que ocurrió. Opino que mi familia y amigos, personas en las que confío, pueden ofrecerme el apoyo y la comprensión que necesito en este momento de mi vida.  

No te identifiques con tu enfermedad. No eres una enfermedad. Yo solía llamarme “esquizofrénica” en lugar de decir “tengo esquizofrenia”

Únete a un grupo de apoyo. En la asociación de ASFEME encontré la ayuda que necesitaba, pues me ayudaron a reducir el estigma educándome a mí, mi familia y el público en general a través de programas locales y recursos de Internet.

Busca ayuda en la escuela. Por fortuna, a mí no me afectó en el aprendizaje la enfermedad mental, pero si un maestro no sabe sobre la discapacidad de un estudiante, ello puede provocar discriminación, barreras de aprendizaje y malas calificaciones. En cambio, cuando llegué a la universidad, mi enfermedad comenzaba a brotar. Por ello me costó mucho terminar la carrera y cuando fui a hacer las oposiciones las tuve que dejar porque no estaba capacitada para ello.

Habla sin reparos contra el estigma. En la actualidad y a través de mi trabajo como experta en salud mental, expreso mis opiniones en medios de comunicación, Internet, charlas en colegios e institutos… Ello ayuda a infundir valor en otras personas que enfrentan desafíos similares y educa al público sobre las enfermedades mentales.

Los juicios de los demás casi siempre provienen de una falta de comprensión más que de información basada en hechos. El haber aprendido a aceptar mi afección y reconocer lo que debo hacer para tratarla, buscar apoyo y ayudar a educar a otros puede marcar una gran diferencia.

martes, 17 de enero de 2023

EL ESTIGMA DE LA ENFERMEDAD MENTAL







        En el pasado las enfermedades mentales han sido un tema tabú en nuestra sociedad. Padecer una enfermedad mental era motivo de vergüenza y se ocultaba. De hecho, mi familia es de un pueblo muy pequeño de Andalucía y mis padres sentían vergüenza porque mi medicación me producía efectos secundarios (se me caía la baba, abría la boca y me era imposible cerrarla). Por ello siempre insistían delante de la gente que cerrara la boca, pero a mí me era imposible. Yo no era consciente del efecto que producía en la gente el mirarme, quizá sentían pena, lastima o compasión de mí, no lo sé. Con el tiempo se ha socializado o popularizado la respuesta a qué es una enfermedad mental y una buena parte de la sociedad, al menos, ha entendido que le puede pasar a cualquiera. Pero sigo pensado que en los pueblos pequeños todavía no está aceptado del todo. Ello es porque faltan recursos y no hay instituciones que defiendan o apoyen los derechos de las personas con enfermedad mental.

Por su parte, mis padres por fin han aceptado mi enfermedad, aunque no estaban convencidos del todo de que mi salud mejoraría, como en realidad ha ocurrido.

           Es una tarea difícil la de visibilizar y normalizar las enfermedades mentales cuando se le pone a la etiqueta de enfermedad de manera indiscriminada. Por otro lado, gracias a los medios de comunicación en los que participo, las redes sociales (mi blog de pildorasdesaludmental.com) y a muchas campañas se está empezando a “desmitificar” la naturaleza de las patologías psiquiátricas. Uno de los mayores problemas en este aspecto es la atribución de rasgos generales (como la presencia de alucinaciones o las respuestas violentas) a todas las personas que sufren de alguna dificultad en este sentido. Yo por mi parte si he tenido alucinaciones, pero no he sido una persona excesivamente violenta. De hecho, aunque he pensado alguna vez en suicidarme, nunca he llegado a intentarlo.

Considero que es importante que se sepa que todas las patologías de los diferentes campos, las psicológicas especialmente, son muy heterogéneas y no siempre son los mismos los síntomas o rasgos los que presenta cada persona.  La “agresividad” que se les atribuye a las personas diagnosticadas de esquizofrenia, por ejemplo, no es más que un mito. De hecho, yo nunca he sido una persona agresiva.

El estigma puede dar lugar a la discriminación. La discriminación puede ser evidente y directa, por ejemplo, si alguien hace un comentario negativo sobre la enfermedad mental o sobre el tratamiento, como cuando un amigo mío dijo que si veía fantasmas. O también puede ser no intencional o sutil, como cuando mi supuesta amiga evitó que me quedara a dormir más en su casa, porque asumió que podría ser inestable, violenta o peligrosa a causa de mi enfermedad mental.

Un estigma sucede cuando alguien te ve de manera negativa por alguna característica distintiva o por un rasgo personal que se considera, o de verdad es, una desventaja (un estereotipo negativo). Lamentablemente, las creencias y las actitudes negativas hacia las personas como yo, que tienen alguna afección de la salud mental, son frecuentes.

miércoles, 11 de enero de 2023

TRASTORNOS DEL SUEÑO Y ESTRATEGIAS PARA AFRONTARLOS

 




          Buenas mis queridos blogueros, hoy voy a hablaros de los trastornos del sueño que no son una patología grave en sí misma, pero tienen serias implicaciones en la vida diaria.
    Antes yo padecía de insomnio y tenía que tomarme una pastilla para poder dormir. Con ella me quedaba durmiendo muy pronto, pues me producía tanto sueño que mis padres me tenían que despertar para irme a la cama. Por su parte, por el día esta medicación me producía somnolencia, por lo que tenía agotamiento físico, bajo rendimiento y dificultas para cumplir con las obligaciones profesionales, familiares o sociales…
     Más adelante fueron quitándome las pastillas para dormir. Al principio me costaba mucho conciliar el sueño, pero poco a poco me fui acostumbrando a dormir sin pastillas.
    Cuando tengo ansiedad me cuesta dormir. Hasta que no se me pasa no puedo descansar. También me sucede que cuando me ronda algún problema en la cabeza no puedo descansar tranquila. Entonces suelo tomar una pastilla para dormir e incluso una tila.
     En la actualidad a veces hablo sola en sueños y mi chico luego me cuenta lo que digo. Ello me suele pasar porque me acuesto pensando en algún problema o dilema que me ha sucedido y luego lo exteriorizo hablando.
      Otros trastornos del sueño que padezco son de ronquidos y pesadillas.
    Los ronquidos son el sonido ronco o fuerte que se produce cuando el aire pasa por los tejidos relajados de la garganta y hace que estos vibren mientras respiras. Casi todas las personas roncan de vez en cuando, como es mi caso, pero para algunas personas esto puede ser un problema crónico. Antes no roncaba y para mi pareja resulta una molestia cuando ronco en ocasiones. 
    Hace tiempo que no ronco, el motivo puede ser mi cambio en el estilo de vida, hecho que ayuda a dejar de roncar, pues en la actualidad he decidido bajar de peso. Para ello además de seguir una dieta saludable, salgo a andar regularmente.
    Las pesadillas son un estado de ansiedad y agitación que aparece en el momento de soñar, muchas veces asociado a imágenes y sensaciones que causan miedo, tristeza o cualquier otra emoción negativa, de un modo tan intenso que se genera la interrupción del sueño.
    Así pues, se considera que un mal sueño no llega a ser una pesadilla si no hace que nos despertemos o que lleguemos a un estado de consciencia entre el sueño y la vigilia. Por fortuna, mis pesadillas no suelen ser muy frecuentes.
    Una vez no recuerdo exactamente la pesadilla que tuve, pero me tenía que bajar con los pies al borde de la cama y desperté en el borde de ella y casi me caigo al suelo…Es curioso que al despertar todavía estaba inmersa en mi propio sueño y hasta que no me levanté y reaccioné al cabo de un rato, no fui consciente de que todo era imaginación mía.
    Las estrategias que empleo para afrontar los trastornos del sueño y reducir el estrés y que, además os aconsejo, son las siguientes:
  1. Me he establecido un horario para dormir. Por lo que me acuesto y levanto a la misma hora todos los días y me aseguro de dormir mínimo 8 horas.
  2. Suelo tomar una cena liguera y evito bebidas energizantes por la noche.
  3. Desconecto y evito exponerme a la pantalla del móvil o la televisión.
  4. Si me acuesto a echar la siesta un rato, suele ser como mucho de 30 minutos para que no interfiera en mi sueño nocturno.
    El sueño influye inevitablemente en mi salud mental. Los descansos reparadores le permiten a mi cuerpo y al cerebro recuperarse del estrés del día. Por eso, cuando duermo lo suficiente y de la mejor manera, puedo desempeñarme mejor, concentrarte más y estar más alerta.



 

jueves, 5 de enero de 2023

CÓMO ENFRENTARSE A LA VUELTA A LA RUTINA

    

    Después de un período de vacaciones y más en fiestas navideñas, cuesta volver a la vida que llamamos “normal”. Si a eso le añado que tengo una enfermedad mental en la que padezco de ansiedad, la situación se agrava. Ello es porque soy más propensa a que una situación de estrés navideño, provocada por las quedadas excesivas con amigos y familiares, me afecte más a mí que a otras personas. El caso es que, a pesar de todo ello, el estar entretenida con todos estos eventos a hecho que la ansiedad aparezca en mi vida con una frecuencia extremadamente mínima.
     El 20 de septiembre de 2022 comencé a trabajar en ASFEME, asociación en la que escribo en este blog. Todo era nuevo para mí y octubre fue un mes complejo porque tenía mucho trabajo. Además, en el mes de noviembre me puse enferma, por algo totalmente ajeno a mi enfermedad mental. Ello hizo que mis momentos de ociosidad aumentasen y me relajase del estrés que a veces nos ocasiona el trabajo. Ahora, después de un largo periodo vacacional, todo es mucho menos estresante y la vuelta a la “normalidad” se ha hecho más amena.
     Considero que existen cuatro puntos básicos para enfrentarse a la vuelta a la rutina:
1. Que exista un periodo de adaptación para coger fuerzas y regular el nivel de actividad de menos a más.
2. Evitar pensamientos negativos y mantener la mente ocupada. 
3. Hacer planes alternativos: la vuelta a la rutina se suele representar con la vuelta al trabajo, pero también debemos guardar momentos para nosotros y para el ocio (salir a hacer deporte, pasear, quedar con amigos…)
4. Ante todo, la vuelta a la rutina debe afrontarse con ilusión.
   Así que queridos lectores os aconsejo seguir estas pautas para que la vuelta a la rutina ya sea del trabajo, los estudios, y cualquier otra labor que estemos realizando, nos resulte mucho más amena.